Compartimos esta hermosa reflexión del maestro de Zhineng Qigong, Mingtong Gu, sobre la frecuencia vibracional del invierno y las puertas interiores que este nos abre. Un artículo que nos ayuda a aceptar el frío, integrando sus virtudes, con gratitud. Que en este tiempo de magia, seamos un regalo para nosotros y para los demás. Sin esperar nada. En el AHORA.
La oscuridad del invierno no es una mera reducción de la luz diurna, sino que casi todas las culturas la veneran desde hace mucho tiempo, como un momento propicio para la introspección y el misterio. En muchas tradiciones espirituales, la oscuridad es más que una metáfora: es el lugar donde comienza la transformación.
El invierno es una época natural para volvernos hacia nosotros mismos, explorar lo desconocido y reconocer nuestros aspectos sombríos. Este periodo de distracciones externas reducidas permite una profunda autoexploración y comprensión.
La oscuridad del invierno se convierte así en un útero nutricio que fomenta el crecimiento personal y la iluminación. Abrazar esta oscuridad puede conducir a una conexión más profunda con uno mismo y con el universo, proporcionando una base para la sanación profunda, además del despertar espiritual y la iluminación.
Y durante el invierno, nos sentimos naturalmente inspirados, calentados e hipnotizados por la luminosidad de un fuego, ya sea grande o pequeño, en contraste con nuestro entorno natural. Es un símbolo de la luz del conocimiento que disipa la oscuridad de la ignorancia, un símbolo de la danza simbiótica natural entre destrucción y creación, y un recordatorio de las etapas de purificación, transformación, renovación y pasión.
Y de esta bella reflexión deducimos que es un momento ideal para ir más profundo y perseverar en la práctica individual y en comunidad. Así que les animamos a hacerlo, a unirse a alguno de los muchos grupos de práctica abierta y gratuita que existen, para disfrutar de la dimensión del cuerpo de qi, transformarlo en cuerpo de amor incondicional y llenarse de alegría desde los tuétanos de esta existencia en la Tierra. Gracias por indagar en sí mismos en este sin tiempo del invierno.
ENGLISH
We share this beautiful reflection of the master of Zhineng Qigong, Mingtong Gu, on the vibrational frequency of winter and the inner doors that it opens for us. An article that helps us to accept the cold, integrating its virtues, with gratitude. In this time of magic, may we be a gift to ourselves and to others. Without expecting anything. In the NOW.
The darkness of winter is not merely a reduction in daylight; it has long been revered by nearly every culture as a potent time for introspection and mystery. In many spiritual traditions, darkness is more than a metaphor – it’s where transformation begins.
Winter is a natural time for turning inward, exploring the unknown within ourselves, and acknowledging our shadow aspects. This period of reduced external distractions allows for profound self-exploration and understanding.
The dark of winter thus becomes a nurturing womb, fostering personal growth and enlightenment. Embracing this darkness can lead to a deeper connection with the self and the universe, providing a foundation for deep healing, plus spiritual awakening and enlightenment.
And during the winter, we are naturally inspired, warmed, and mesmerized by the luminosity of a fire, whether large or small, in contrast to our natural surroundings. It’s a symbol of the light of knowledge dispelling the darkness of ignorance — a symbol of the natural symbiotic dance between destruction and creation — and a reminder of the stages of purification, transformation, renewal, and passion.
And from this beautiful reflection we deduce that it is an ideal time to go deeper and persevere in individual and community practice. So we encourage you to do so, to join one of the many groups of open and free practice that exist, to enjoy the dimension of the body of qi, to transform it into a body of unconditional love and to be filled with joy from the marrow of this existence on Earth. Thank you for digging into yourselves in this timelessness of winter.
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