Practicando Zhi Neng Qi Gong las personas aprenden a abrirse a la energía del universo. Aprenden a abrir su corazón a sí mismas, a la naturaleza y a los demás. Esto implica abrirse a la vida, a todo lo que esta traiga, porque todo es parte de la experiencia de la vida. Abrirse a una mayor calidad en la convivencia, desarrollando, de forma natural, la capacidad de adaptación y la flexibilidad. A través de esta apertura las personas que practican Zhi Neng Qi Gong aprenden a sobrellevar las dificultades; comienzan a disfrutar más de sí mismas y de todo, realizando un camino en el que las adversidades, véase, enfermedades, achaques menores, y aquellas cosas que catalogamos como desgracias, son vividas como algo pasajero, como oportunidades para crecer y desarrollar nuevas capacidades.
Con la práctica, las personas integran su cuerpo, su mente, su conciencia, sus emociones como una TOTALIDAD. Se fortalecen, se vuelven más saludables, más alegres y más estables en lo emocional. Confían más en sí mismas y, en ese proceso, van disolviendo los miedos y la dependencia de otros para sanar.
Practicando Zhi Neng Qi Gong las personas prenden a conectar, de forma consciente, con el Campo de Qi del Universo y con el Campo de Qi de la Tierra, y pronto comienzan a amar esa experiencia. También aprenden a conectar al Campo de Qi de los maestros y practicantes de todo el planeta. Es así que van desarrollando su sabiduría y autonomía, integrando la convivencia humana de forma relajada y amable. La práctica en grupo es una parte importante de la práctica Zhi Neng Qi Gong.