¿Vas a tener una cirugía y quisieras hacerlo de modo consciente?
¿Vas a acompañar a alguien al hospital y quisieras brindarle apoyo consciente?
Alfonso es un gran practicante del Ser verdadero. Llegó hace poco a la comunidad de conciencia mundial, pero hace un tiempo que practica la Ciencia del Qi. Te invitamos a leer su relato sobre la experiencia quirúrgica de tres horas y media que vivió el día de ayer. Todo fluyó en estado de qi, pleno de amor y de inocencia. ¿Qué es ese estado? Lo relata con una precisión divertida y fresca, Alfonso.
Hao la! Gracias por tu testimonio tan detallado y por aceptar compartirlo para el bien individual y colectivo. Hùn Yuán Líng Tōng!

Día 21 de mayo del 2025, son las 6 de la mañana de un día que se prevé lleno de emociones e incertidumbre. Me preparo para afrontar un nuevo desafío de salud a través de lo que denominan como “ablación”, un procedimiento médico que consiste en un cateterismo cardiaco para quitar arritmias.
Voy a la ducha y de momento estoy tranquilo, siguiendo algunos pasos que me indicaron como preparación. Luisa desayuna tranquila, mientras acabo. Le indico que saldremos a las 7h, coger un taxi e ir al hospital. Pensar en el tiempo y en los imprevistos que pueden surgir me hace sentir inquieto, un poco nervioso. Salimos a la hora prevista y nos dirigimos a coger el taxi, enseguida vemos uno libre. Vamos de camino y viendo el tráfico me siento tranquilo, llegamos unos minutos antes de la hora prevista, las 7:30h.
Llegamos a la sala de espera y a los pocos minutos una enfermera anuncia mi nombre y me dirige hacia al box asignado. Allí me preparo y comienza el protocolo antes de entrar en quirófano: preguntas médicas, colocación de vía, y un ECG. Llega una doctora y viendo el ECG me dice que no ha salido ninguna arritmia en el ECG. Ante mi sorpresa le pregunto que entonces ¿para qué hacer la intervención, si no hay arritmias? La Dra. Frida, con mucha tranquilidad me indica que no aparecen arritmias en el periodo de tiempo que se ha hecho el ECG, pero las pruebas anteriores, Holter y RM indicaban que a lo largo del día aparecen muchas que interfieren en el buen funcionamiento del DAI. Sigo preguntando pero ahora no están, ¿para que ir a quirófano? Vuelve a argumentarme y me indica entre otras cosas que van a provocarme durante la intervención un estrés físico para que aparezcan esas arritmias, y que “tienen que entrar” (al corazón) para localizarlas y eliminarlas. Su manera de hablar y argumentos me tranquilizan y ayudan a ver la necesidad de la prueba.
Viene el camillero, nos dirigimos al quirofano y en la sala de espera veo a Luisa, se acerca le sonrío, le doy un beso, y le digo “vamos a buscar arritmias”. Y en ese estado de ánimo sonriente entro en el quirófano. Al llegar me subo y me siento en la camilla de intervención con la pierna cruzada, como dispuesto a meditar, espalda erguida, mentón un poco inclinado….. Y un hombre con aspecto hindú o egipcio, tez morena, se presenta y con voz baja y amable que dice: soy Safin (significa limpio y puro, simbolizando la inocencia y la piedad; lo acabo de descubrir), soy el enfermero del quirófano. Enseguida con otro enfermero comienzan a ponerme parches por todo el cuerpo para conectarme con varios aparatos. Sigo sentado en postura de meditación Y colocan unos parches enormes en el pecho, también en la espalda. Me indican que son para guiar algunos instrumentos y les hago la broma de que si no sirve el Google Maps. Ellos a lo suyo concentrados, pero amables. Me estiro finalmente a la mesa. Hay un cable que no parece dar señal y entran al quirófano dos chicas de poco más de 30 años, quizá sean las ingenieras, porque solo van con bata de quirófano, y sus formas no parecían personal sanitario. Tampoco aparecieron después en el quirófano, sino que están detrás de una cristalera donde con unos auriculares especiales que todos los presentes llevaban y se comunicaban. Yo también lo oía casi todo. Solo anestesiaron la pierna.
Llega la Dra. Frida, al verla me digo, esto va empezar pronto. Allí mismo se prepara con la vestimenta de quirofano. Me coloca todo el arsenal aséptico en la zona de la ingle y me indica que va a ponerme un anestésico local en la zona. Mientras Safin me conecta a la vía venosa un liquido, creo que heparina. Me avisa la Dra.: voy a pinchar… Soportable. Al lado tiene una camilla con todo el instrumental y comienza a prepararlo. Sé que tiene que entrar por una vena y una arteria femoral. Veremos.

Dentro de la situación estaba relativamente tranquilo, había buen ambiente en el quirófano, y yo empezaba a realizar respiraciones conscientes y profundas. Pero tenían que empezar a abrir la vía para meter el catéter. Noto una presión profunda en la ingle con la mano, o quizá era el ecógrafo, un tanto molesta, pero sin dolor, y colocó una entrada en vena. La Dra se guía por un ecógrafo donde ve las venas de la zona para que la entrada sea certera, yo también veo esas imágenes en blanco y negro. Después “entró” por la arteria, con una presión similar, igual, solo noto la presión que parece coger un nervio. Ya está dentro. Ya hay dos puertas de entradas para introducir los catéteres.
No veo la pierna, tenía un aparato a medio metro de mi pecho que va tomando imágenes del corazón en 3D, y al lado una pantalla movible de más de metro y medio de largo por uno de ancho, con un montón de datos numéricos, registros de ECG, imágenes 3D del corazón, y otros. De pronto llegó el jefe de la Unidad de Arritmias, me saluda y se presenta, “Hola soy Ramon”, me pregunta como estoy y le digo que tranquilo a la expectativa. Empieza a dar indicaciones para “entrar”, datos, y demás. Habla con las chicas de la cristalera que van monotorizando los datos e imágenes. Veo a mi derecha que la Dra.Frida se acerca a la camilla de instrumental y saca una especie de “alambre” en espiral de aproximadamente metro y medio y se acerca a la camilla. Y veo que empieza a meterlo por una vía de entrada para llegar al corazón. Presiona la ingle y empuja y empuja. Sólo noto, ahora sí la presión de su mano sobre la ingle. No noto nada en el resto del cuerpo. Cuando está dentro, ahora si que me relajo. Mentalmente me digo: “el cuerpo se relaja, y la mente se expande”. Este es uno de los 8 versos del Zhineng Qigong (ZNQG), me vienen otros versos a la mente, pero ése es el que acompañara durante toda la sesión.
Un poco más centrado en la mente y dejando que los médicos sigan con lo suyo, sin ninguna sensación alarmante en mi cuerpo. Comienzo a repetir en voz baja un sonido “n”, vibra en mi cabeza, y empiezo a relajarme más y más, algo ha cambiado en mi estado mental. Después sigo con el sonido xü, (vacío, pero no vacío), esto me ayuda a ver el cuerpo como qi, como energía, distanciándome de las sensaciones físicas.
Tengo tiempo para seguir profundizando en mi estado mental “Mingjue”. Me informaron que la intervención duraría más de 3 horas. Los médicos a lo suyo, yo en mi mente, el cuerpo no me molesta para estar concentrado. Empiezo a realizar practicas de LaQi mentalmente, abrir y cerrar, expansión y contracción de la energía o qi, dentro de mi cuerpo. Pienso en fusionar el qi con la sangre: “La sangre se fusiona con el qi”. Todo se expande y se conecta con el qi del universo, en ZNQG, el Hunyuan qi universal.
Mentalmente sigo con expandir y contraer el qi por todo el cuerpo, al ritmo de la respiración. Inspirando se expande la energía fuera de los bordes de mi cuerpo y se contrae, enriquecida por la energía universal. Cada vez me siento con más energía y conectado a los practicantes, maestros y el Dr. Pang, creador de este método. Al momento siento inducir en esa expansión el qi de manera que todas las personas del quirófano puedan entrar en esa sintonía. Lo mantengo durante unos segundos y a continuación siento inducirlo a todo el Hospital Clínic. Todo en armonía con el qi del universo. Todo se serena, en el quirófano parece haber más silencio. Todo fluye.
Esas prácticas no fueron continuas, en ocasiones el cuerpo pedía atención, aparecían nuevas sensaciones, pequeñas presiones en zona de corazón y sensación de que algo pasaba por el abdomen, ¿sería el alambre? Jeje.
Otra práctica que apareció fue la de envolver el corazón en qi, de manera que este qi giraba, como si fuera el centro de la Galaxia. Lo mismo con los otros 4 órganos. El hígado, riñones, pulmones y bazo, muy importantes en la Medicina Tradicional China y el qigong. Mi ocupación mental me producía una expresión interna y externa sonriente. Otra vez, “el cuerpo se relaja, la mente se expande”. Podía sentirme feliz, incluso estaba sorprendido de mí mismo. Todo eso no podía salir sólo de mi propia cosecha.
Entonces pensé en mi grupo de compartir de Plum Village, en mi Sangha, en los practicantes de ZNQG, en las meditaciones de la mañana con Anyue, en Marie, en todas las personas que me daban apoyo, en la Comunidad Amanecer, jeje, cómo no, en mi familia, Luisa…. Y de repente noto que sale una lágrima del ojo izquierdo, pero no podía moverme. Veo que se acerca Safin, lo llamo y le digo: ¿“puedes secarme la lágrima que cae del ojo izquierdo”? nos miramos y los dos sonreímos. Hasta tal punto que alguien viendo los monitores dijo, ¿que pasa? Y la Dra Frida con toda tranquilidad dijo, se está riendo…. Seguí más tranquilo. Viendo que la vida, no sólo depende de uno mismo, sino de muchas manos y de buenas intenciones, palabras y cariño.
Sentía que la vida no es un yo, sino un nosotros, y eso me liberaba de la situación que estaba viviendo. Me sentía dentro y fuera, como el “alambre en espiral” que los médicos introducían en mi cuerpo en busca de la “arritmia perdida”, jeje. Como una desidentificación del cuerpo, pero que todo pasaba a través de él.
También apareció en mi mente Avalokitesvara, el Buda de la compasión. Aquel que todo lo escucha, y responde a los lamentos de los humanos, según la tradición budista. Los días y horas de meditación y búsqueda parecían recoger la cosecha, aún en esas circunstancias, quizá especialmente en ellas. Ya lo decía Thay, “la Felicidad y el Sufrimiento, son las dos caras de la misma moneda”. No es posible una sin la otra. Cada uno en su particular situación. Siempre podemos encontrar la belleza en el momento presente, nuestra única realidad. Lo demás hay que practicarlo y comprenderlo.
Finalmente encontraron la arritmia, Ramón, el jefe, estaba exultante, como niño con zapatos nuevos. Había encontrado con sus jueguitos el punto que buscaba. La precisión debía ser submilimétrica. Dio el aviso a las ingenieras, “ya lo tenemos”. Y como comandante que señala la dirección, indica “fuego”. Entonces Ramón da la orden. “Apliquen 40 W, con 45 grados de calor en la radiofrecuencia al punto V1” (creo recordar ese punto focal). Safin me indica que quizá note una quemazón en el pecho que molesta. Noto subir la temperatura de una zona del corazón pero no con intensidad de dolor. Sigo relajado y agradecido, por tantas y tantas personas presentes y ausentes colaborando a que el corazón mejore y la vida pueda seguir expresándose a través de este cuerpo. Que siento que ya no es tanto de mi propiedad sino de la buena intención y energía de personas de mi entorno y anónimas. Pertenece a la vida misma que se concentra en este cuerpo, donde “Todos como uno, y Uno como todos”, hacemos que esta pueda seguir manifestando su belleza en diferentes formas.
Los médicos parecen satisfechos por su labor, Ramón me pregunta cómo estoy, le indico que muy bien. Le pregunto si están satisfechos por el trabajo realizado, como aquel que la cosa no va conmigo. Pero parece no oirme, sigue concentrado en el procedimiento. Ahora toca sacar todos los artilugios del cuerpo y sellar la salida, para que la vida no se vaya. (Me acordaba de que muchos toreros murieron de cornadas en la ingle en la que se desangraban). Pero estaba en buenas manos, seguro. Quizá ese fue el único pensamiento pesimista que encontré durante las tres horas y media que duró la intervención.
Parece como si el tiempo no hubiera pasado, no noté la pesadez del tiempo, ni el cansancio emocional de una posible tensión. Casi la vivi como una meditación, con un estado de conciencia despierto, alerta dentro y fuera. Presente, muy presente en el momento, sin expectativas, pero confiado. Todo parecía fluir, atendiendo a lo que se presentaba en mi cuerpo, y a lo que quería generar dentro y fuera de mí. Creando estados y situaciones con la mejor intención posible, sin esperar resultados.
Llegó el momento de cerrar la entrada, de sellarla. La Dra Frida se ocupó de ello. La abrió y ahora tenía la llave para cerrarla. Trabajo delicado. Cuando por la tarde me despedí de ella le agradecí el trabajo realizado y exalté sus manos, las cogí y las llevé a mi mejilla derecha como agradecimiento y cariño.
Así fue, y así lo he contado.
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Qué precioso, gracias por mostrarnos cómo la conciencia puede transformar cualquier situación en un motivo de expansión y extensión del amor.
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Gracias por tu comentario Sofía. La comunidad de consciencia mundial de Totalidad Mingjue despierta, es muy potente, con ella nos fortalecemos y teniéndola presente la hacemos crecer. Todo es para el bien de todo y de todos, y para el bien individual. Se benefician familias enteras y se extiende a nuestras amistades y el mundo. «El poder del AMOR está aquí, el poder del AHORA está aquí. El poder de TI y de MÍ está aquí, creando magia en el corazón».
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Gracias Alfonso por compartir, me alegro de que hayas podido vivir la experiencia tan viva
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Aupa Jon! gracias por tu comentario. Somos UNO!
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